Historia de la energía solar

La historia de la energía solar empieza con una paradoja. Cuando nuestros antepasados bacterianos desarrollaron la fotosíntesis, comenzaron a producir oxígeno molecular y produjeron tanto que, al cabo de millones de años, provocaron una catástrofe planetaria: el evento llamado la “Catástrofe de Oxígeno” 

Aunque estos primeros seres ocasionaron una extinción masiva de la biodiversidad de la época, la energía solar es hoy, irónicamente, una de las herramientas que nos puede ayudar a evitar una crisis planetaria. 

Placas solares 1950

¿Cuándo se inventaron las placas solares? 

En 1884 el físico francés Edmond Becquerel descubrió que se podía producir electricidad a partir de los rayos solares gracias a lo que se conoce como “el efecto fotovoltaico”. Este descubrimiento despertó la curiosidad de un grupo de investigadores que empezaron a investigar cómo materializar la teoría de Becquerel en un dispositivo que pudiera aprovechar la energía del sol. Lo consiguieron exponiendo selenio directamente a la luz del sol pero la eficacia del dispositivo era de apenas un 1%. 

A lo largo del siglo XIX no se encontró ninguna forma económicamente viable que permitiese llevar a la práctica la teoría de Becquerel. 

Henri Becquerel
Henri Becquerel, descubridor de la radioactividad.

Las primeras placas solares comerciales

En 1905 Einstein publica el artículo “Heurística de la generación y conversión de la luz” que marca el camino hacia una nueva etapa en la historia de la energía solar. Sus aportaciones permitieron a otros miembros de la comunidad científica entender el efecto fotovoltaico y aplicarlo de una forma más efectiva. 

Sin embargo, no fue hasta 1954 cuando, al fin, Bell Laboratories consiguió crear la primera placa solar que funcionase comercialmente. Eso sí, su eficacia era del 6%. 

Estas primeras placas solares se empezaron a utilizar en los satélites que se enviaban al espacio, alargando en muchos años su vida útil. Pero producir células solares que pudiesen soportar el clima espacial era tremendamente caro. Nadie por aquel entonces podía imaginar que algún día habría placas en, por ejemplo, una vivienda unifamiliar. 

A finales de los 60 empezaron a producirse placas solares con materiales más baratos que permitían usar la tecnología en la tierra, pero seguían siendo muy caras y sólo las grandes empresas podían permitírselas.  

En aquellos años las motivaciones para recurrir a la energía solar eran puramente económicas, no respondían a una conciencia medioambiental. No fue hasta 1962, año en el que la bióloga marina Rachel Carson advirtió de los peligros del uso masivo de los plaguicidas como el DDT, empezando a generar conversación sobre el impacto medioambiental de la actividad del ser humano. 

Placas solares en el espacio
Las primeras placas solares comerciales se usaron para los satélites en la carrera espacial.

La escasez de petróleo impulsa la energía solar

El 17 de octubre de 1973 la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo anunció la decisión de dejar de exportar petróleo a los países que apoyaban a Israel en la guerra Yom Kippur, provocando que el precio del barril se disparase de los 3 a los 12 dólares en unos pocos días. Este embargo se prolongó hasta principios de los 80 y sumió a los países occidentales en una grave crisis económica por los cortes de suministros. 

Esta crisis mundial del petróleo dejó en evidencia la fuerte dependencia de occidente del petróleo de oriente medio e hizo crecer el interés por el potencial de la energía solar.  

Los avances en la eficiencia de los sistemas fotovoltaicos consiguieron reducir el precio del vatio en más de 5 veces. Por primera vez en la historia de la energía solar, esta parecía una alternativa viable para sustituir los combustibles fósiles. 

A lo largo de las décadas siguientes se encontraron nuevos materiales y técnicas que permitieron seguir abaratando los costes de producción. En los años 90 muchas empresas empezaron a instalar placas solares pero no fue hasta 2010 que la energía solar se convirtió en una alternativa real de generar electricidad en las viviendas. 

La derogación del impuesto al Sol en España

Dentro de la historia de la energía solar en España el impuesto al sol marcó un gran paso hacia atrás. Este tributo, cuyo nombre oficial era el de “cargo transitorio por energía consumida”, se publicó en el BOE en 9 de octubre de 2015.  

El impuesto al sol obligaba a los consumidores a pagar un impuesto por la energía que generaban sus propias instalaciones fotovoltaicas y supuso un gran freno en el cambio hacia un modelo energético sostenible.  

Por suerte, la Unión Europea firmó en 2018 un acuerdo sobre las energías renovables, para alcanzar los objetivos para 2030, en el que se declaró ilegal este impuesto. Siguiendo las directrices europeas, se derogó el impuesto al sol con la aprobación del Real Decreto-ley 15/2018. Y, precisamente porque fue declarado ilegal, no se volverá a aprobar el impuesto de nuevo.  

Casa con placas solares
Una imagen cada vez más común: vivienda unifamiliar aprovechando la energía solar.

La carrera por la independencia energética ante la Guerra de Ucrania 

El 24 de febrero de 2022 Rusia anunció la invasión de Ucrania. La respuesta internacional no se hizo esperar y son muchos los países que están apoyando a Ucrania en la ofensiva. En respuesta, Rusia anunció un corte de suministro de gas a Europa, que dejó en evidencia nuestra dependencia de los recursos importados. 

 Como consecuencia, la Comisión Europea se ha propuesto acelerar la transición hacia las energías renovables, con la energía solar y la eólica a la cabeza, que permita una mayor independencia energética. 

2022 marcó un antes y un después en la historia de la energía solar en España ya que prácticamente se duplicó la potencia instalada con respecto a 2021, que ya había sido de por sí un año muy bueno, siendo el segundo país de Europa que más potencia instaló, sólo superado por Alemania. 

historia-de-la-energia-solar

La historia de la energía solar, una lucha a contrarreloj por la sostenibilidad 

Sin duda alguna, uno de los mayores retos para la humanidad actualmente es el de frenar el cambio climático. De entre los causantes del cambio climático, nuestro modelo energético, centrado en la combustión de materiales fósiles que emiten gases de efecto invernadero, es uno de los más importantes. Sin mencionar el impacto de la extracción de dichos materiales. 

Las consecuencias del cambio climático se empiezan a hacer evidentes y pueden ser catastróficas: sequías, incendios, aumento del nivel del mar, disminución de la biodiversidad y otros muchos efectos que pueden incluso provocar que, en un futuro, nuestro planeta ya no sea habitable.  

Necesitamos frenar el cambio climático y uno de los pasos más importantes es el de conseguir un modelo energético sostenible. En nuestro país tenemos alrededor de 3.000 horas de sol al año lo que ha convertido la energía solar en una de nuestras grandes alternativas. Además, el precio de los paneles solares ha caído más de un 96% desde el año 2000, mientras paralelamente aumentaba significativamente su eficiencia. 

Invertir en placas solares hoy 

A día de hoy un sistema fotovoltaico produce hasta el 98% del consumo de energía eléctrica de una vivienda. Sumando a este ahorro las bonificaciones que casi todos los ayuntamientos contemplan, un sistema fotovoltaico se amortiza en unos 2-6 años y sigue produciendo energía gratis por más de 30 años. 

Además las comercializadoras han mejorado mucho la compensación por el excedente vertido a la red. Pero, incluso vamos un paso más allá con las baterías virtuales, que te permiten guardar el importe de los excedentes para usarlo en otro momento de menos productividad de tu instalación o, incluso, para una segunda residencia.  

Los siguientes capítulos en la historia de la energía solar 

La eficiencia de las placas solares monocristalinas supera hoy el 20%. Aunque esto supone un gran avance, la tecnología de la energía solar aún tiene un potencial enorme por desbloquear.  

Uno de los grandes retos de nuestro sector es la mejora de los sistemas de almacenamiento de los excedentes. Por suerte, si tu instalación fotovoltaica no cuenta con una batería, el excedente será vertido a la red y recibirás una compensación por él así que en ningún caso desaprovecharás la energía generada. 

Pero, sin ninguna duda, ahora que los paneles solares han alcanzado un precio asequible para casi cualquier bolsillo que pueda pagar una factura de luz, el gran reto es la divulgación y la concienciación. Necesitamos un cambio de modelo energético, tenemos las herramientas para hacerlo, y sólo tenemos que impulsarlo. 

Sin duda, la energía solar es un paso hacia delante que te permitirá reducir tu factura de la luz, a la vez que aportas tu granito de arena en la lucha contra el cambio climático. 

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